Estais podridos por dentro.
Sinceramente, nunca algo me había dado tantísimo asco como me lo dais vosotros, hipócritas.
Todos pecais, ni uno se salva, sois unos apestosos payasos ...
No se puede tener consideración ninguna con vosotros, tiendo la mano y cogéis el putismo brazo hasta el hombro y luego quereis compresión y perdón.
Estoy harta, hartísima de vosotros, escoria.
Espero que os el tiempo os ponga en vuestro lugar, ratas.
