Hoy me levanté con ganas de explorar y de investigar lugares donde nunca había estado (porque hoy en día a eso se le puede llamar explorar, ¿no?) y he encontrado multitud de plantas a las cuales me era imposible siquiera sospechar un nombre, además de múltiples insectos, roedores y algún que otro reptil que reptaba asustadizo entre las ramas secas que creaban el manto otoñal de este precioso "nuevo" paraje.
Paré a almorzar en un pequeño claro, de luz cobriza y agradable. El viento apenas soplaba y encontré una piedra extrañamente confortable allí, aunque supongo que después de 5 o 6 horas caminando sin descanso cualquier cosa lo es.
La cosa es que yo estaba allí francamente a gusto, hasta que escuché un extraño crujir de ramas, algo descompasado, lo que me dio a entender que no solo eran simples pasos de un solo individuo, sino que eran más de dos piernas las que caminaban.
En ese momento no me asusté mucho, pues podía ser cualquier gato o, en el peor de los casos, alguna jineta desorientada o, incluso, atraída por el sugerente olor de mi comida (pollo con setas hecho por mi mujer, una auténtica delicia)
Cuando realmente empecé a preocuparme fue cuando noté que al compás de los pasos iba un jadeo casi agónico: - Espero que no sean ellos- Pensé.
Y es que sí, la última vez que fui por aquella zona también me los encontré: Son unos bichejos horribles, no tengo ni idea de qué quieren de mi. Son unas criaturas realmente territoriales y, cuando te encuentran en lo que ellos consideraban su destino, son completamente impredecibles y es mejor salir huyendo (no sé lo que comen, pero algo me dice que pollo con setas no).
Decidí esconderme tras la corteza de corcho (alcornoque, 230cm) medio arrancada por la propia estación y, en lugar de aprovechar la tardanza de las criaturas, decidí esperar allí para poder almorzar en paz y, de camino, podría observarlos de cerca.
Me llevé allí alrededor de 3 o 4 horas, así que, como bien se podría suponer, terminé por almorzar sin moverme de mi escondite.
Aunque fueron intensas, en esas horas pude observarlos de cerca y apunté varias de sus características:
- 5 Individuos: 3 machos, 2 hembras.
- Comportamiento primitivo, escasa organización de convivencia, se entretienen, parecían hambrientos, pero ninguno consiguió comida. Cada cierto tiempo hay conflictos entre ellos.
Cada minuto que pasaba allí me asqueaba más. Eran completamente repulsivos, se peleaban entre ellos mismos continuamente, eran totalmente aculturales, nada pulcros ni organizados. Apestaban desde mi escondite, eran realmente desagradables.
Tras anotar un par de cosas y terminar mi pollo con setas, comencé a perder la paciencia y a encontrarme mal, pero no me arrepiento de haber comenzado este interesante estudio, además, tras colmar mi paciencia no tuve que esperar mucho más para poder irme, después de todo, solo les quedaba una botella de vodka y un par de porros.