Y una tras otra las copas de felicidad me emborrachan de tu olor...
¡Bendita la caída a la que temía!
¡Y bendito cada segundo que me das...!
¡Bendito todo lo que arriesgué, todo lo que perdí y lo que gané!
¡Benditos tus ojos, tus labios y su manera de besar...!
Y de veras, que si ésto no es amor, nada lo es.
- Te quiero.
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