miércoles, 16 de abril de 2014

Canción de ceniza

Jamás podría negarme a tus ojos tristes, tan sólidos y melódicos como ruedas de blues, aunque podría afirmar mil veces que no eres nadie, que no danzas con mis musas, que no vives en mi cabeza y me atrevería a negar cada segundo que he pasado ensimismada entre tus átomos, perdida entre tus pecas y enamorada de tu olor. Me atrevería a ser consecuente, a olvidar con la puerta abierta, tal vez incluso a tirarte a la basura sin pensarlo. Sería capaz de luchar por mi misma, por mantener a flote mi orgullo, quien sabe, tal vez sería capaz de aborrecerte, de huir de la arena que me asienta en tu oasis, huir de tus pecas, de tus ruedas de blues, sería capaz de hacerme ver que nada merece la pena.
Pero siempre serás música,
y siempre serás las ganas,
serás la espina, la picadura, el veneno, la cura,
serás la noche, el día, el ocaso y el crepúsculo
serás el dolor, el alivio, la agonía,
y podría mentirme mil veces y decir que ya he volado y olvidado,
pero siempre seguiré aquí, consumida, latente e impaciente,
como ceniza entre tu arena.

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