Ojalá me quedase el tacto de tu vuelo,
que despegase a ras del sol para elevarse al vacío.
Ojalá me quedaran motivos para creer, para confiar, para idear.
Ojalá me quedaran palabras hechas de verdades, ojalá me quedaran memorias indoloras.
Ojalá me quedaran más poemas que reproches, ojalá me quedaran las ganas, ojalá te quedaran las tuyas.
Ojalá me quedara el valor y las fuerzas, ojalá me quedara lo invertido.
Y aunque lo pierda todo,
aunque te desvanezcas como el humo,
te consumas como la ceniza,
y me abandones en tu memoria.
Aunque ya nada valga nada,
me sigue quedando toda una vida,
para esperarte tiritando,
como si quedara algo por lo que luchar.
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